Helena no habla de a mucho a estas alturas de su vida, aunque ya está volviendo a decir palabrejas, dado que ya cada vez va más segura sobre dos pies. Sin embargo, se hace entender. Es muy buena con la mímica.
Unos ejemplos: si quiere pintar con sus marcadores, los señala y hace como que se escribe algo en la mano. Si quiere que el papá le ponga música en su Iphono, se lo lleva y empieza a bailar. Si quiere colombina, la señala y se mete un dedo en la boca insistentemente.
Por otra parte, ya se sabe bastantes palabras, pero no las dice. Si uno le dice "ojo", "nariz", "boca", "ceja", "cerebro" y más partes del cuerpo, se señala la parte en cuestión. También es hábil con órdenes simples "llévale esto a papá", "dame un beso". Las entiende, pero no siempre obedece.
En las fotos a Helena no se le oye hablar, pero qué bella.